Lola es un caso más de la insensibilidad y crueldad de la gente. La tiraron por encima de la valla de la perrera antigua de Talavera de la Reina, había varios carteles informativos de que esas instalaciones estaban abandonadas y la ubicación de las nuevas, pero decidieron dejarla, sin agua en pleno verano y sin comida. Era un suspiro de lo delgadita que estaba y se le quitaron cientos de garrapatas. Ha tardado, pero ahora tiene el pelo estupendo.
Es muy cariñosa, pero sobretodo muy jugetona. No para quieta, siempre tiene que estar tramando algo con su pelota o con lo primero que se encuentra. Le encanta meterse en el agua e ir mojada todo el rato.
Hace dos meses se le operó de la cabeza del fémur, ya que la tenía rota y se la tuvieron que quitar. Se recupera poco a poco, aunque hace vida normal, puede correr y saltar, dentro de unos límites. Ha tenido muchísima suerte, ya que al principio se creía que tenía un tumor en el hueso, pero sólo fue un gran susto.
Es negativa a leishmania, erlichia, filaria y borrelia y está vacunada y desparasitada.
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