Cleo apareció vagabundeando junto con Lupita por mitad de una carretera. Las dos iban sin rumbo, tambaleándose de lado a lado entre los carriles. Según paramos el coche, Cleo se acercó como diciendo: ¿por fin me quiere alguien?. Estamos a tope, pero ¿qué podíamos hacer?, ¿cómo las íbamos a dejar ahí?... Así que unos nos quedamos con las dos perrillas y lo primero que hicimos fue sacarlas de la carretera, mientras otros iban a por trasportines para meterlas en ellos.
La pobre iba de pulgas hasta arriba, nosotros pensamos al principio que eran manchas de barro o algo así, hasta que vimos que las manchas se movían! Eran cientos de pulgas recorriéndole todo el cuerpo. Además, tiene la piel muy mal a causa de los bichos y aunque en las fotos no se le aprecia, tiene la parte de la pelvis sin pelo, con la piel engrosada y está bastante delgadita, eso sin contar con la anemia que tiene, que con la alimentación que necesita, poco a poco se le irá quitando. Por suerte está libre de leishmania, erlichia, filaria y borrelia. No se sabe muy bien su edad, puesto que le falta gran parte de la dentadura, y lo que le queda de ella, está hecha una pena. La primera noche cayó rendida, a saber el tiempo que llevarían rondando por ahí, y junto a eso, los paseos al veterinario con las correspondientes pruebas, el baño... pero se la veía relajada.
Es una galguita que se lleva bien con otros perros y también con las personas, no les tiene miedo si nota el cariño hacia ella. Antes de bañarla, parecía barcina (color pardo), pero ya véis que es una preciosa galga blanca que se merece todo lo mejor, ya ha pasado bastante a lo largo de su vida.
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